sábado, 2 de julio de 2011

Prostovoljci v Novem Mestu

Igual que en diciembre tuve aquel curso en Goriška Brda, aún debía tener otro durante el voluntariado. Este otro curso es una evaluación a mitad del proyecto, y por tanto lo debería haber tenido en abril. Pero desde la agencia nacional eslovena accedieron a cambiármelo, ya que justo cuando se desarrolló estaban aquí Eduardo y Antonio. Y al final lo he acabado haciendo a principios de esta semana, con siete meses ya realizados y dos aún por completar. Últimamente estoy un poco cansado en Kresnička, supongo que por la acumulación de tiempo y que me he dado cuenta de que no quiero trabajar con niños en general, al menos no en otro idioma que no sea el mío (es bastante frustrante no poder expresarte con normalidad con ellos). Además, ahora hay una niña a la que no le gustó nada, lo que hace más difícil la tarea. La verdad es que tengo muchas ganas de pasar página y terminar el voluntariado, pero bueno, sólo quedan dos mesecitos y además de verano, con actividades bastante más relajadas. En el curso que me perdí en abril estaban prácticamente todos los voluntarios con los que coincidí en el de inicio del proyecto, así que estaba bastante a la expectativa de qué tipo de gente me iba a encontrar en este. Pero al final ya conocía a algunos, y me lo pasé bastante bien, echándome unas buenas risas. Conocí a gente para la que el SVE también es una excusa para sobrevivir en Eslovenia, y coincidí con la chica española de Hraše, además de conocer a otra voluntaria española que vive en Liubliana. Eso sí, algunas sesiones fueron un poco coñazo, con temas que ya me resultan muy repetitivos. Por otra parte, al ser en verano, deseaba con todas mis fuerzas que fuese en la costa, pero el lugar elegido fue Novo Mesto. Tampoco fue una decepción, ya que nunca había estado en esta ciudad. Novo Mesto es la "capital" de la región de Dolenjska (aquí la división en regiones es sólo en términos estadísticos y administrativos, ya que no hay gobiernos regionales) y quinta ciudad del país, con alrededor de cuarenta mil habitantes. La ciudad es interesante, ya que tiene el centro histórico totalmente rodeado por una curva de herradura del río Krka, pero la verdad es que no tiene mucho que ver aparte de la catedral y la plaza principal. Y en la misma plaza principal fue donde nos alojamos, en el interesante Hostel Situla, que toma el nombre del principal resto arqueológico prehistórico esloveno, el "Vače Situla" (de la cultura de Hallstatt). La ciudad estaba bastante muerta, pero la coordinadora del curso nos había preparado una sorpresita: un paseo en barca por el río alrededor del casco antiguo, que la verdad es que estuvo muy agradable. Refrescante, sobre todo meter los pies en el agua gélido y verde del Krka. El paseo estuvo acompañado de una degustación de Cviček, el vino con denominación de origen de esta parte de Eslovenia y que es muy ácido. A mi no me gusta el vino, salvo mezclado, así que me pareció bastante asqueroso. En fin, que una vez más no está nada mal tomarse unos días descanso, más si cabe si es a gastos pagados.

El Krka abrazando el casco antiguo

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